"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Tortilla vaga

 

La tortilla vaga es una tortilla, que como su propio nombre indica no se ha terminado de hacer, se ha quedado a medias, es decir, no la tenemos que doblar ni dorar por ambas caras, solo por una.

Si no sois muy duchos con las tortillas, como es mi caso y os estresa la hora de darle la vuelta o hacer el "paquetito", dejarla tal cual, según se dora por un lado, así mismo se puede comer y está buenísima.

Podéis hacerla de los ingredientes que mas os gusten y variar en cada ocasión.

Esta campesina que os enseño hoy es una de las que mas nos gustan en casa, probarla y veréis como ya no las hacéis de otra manera, gusta a niños y mayores y nunca sale seca. 

Ingredientes 4/6 personas:

- 6/8 huevos M
- 1 pimiento verde italiano
- 1 cebolla grande
- 1 chorizo de freír en rodajas
- Vino montilla moriles (opcional)
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Pimienta negra molida (opcional)




Preparación:  

Picamos la cebolla en juliana fina y el pimiento en cuadritos pequeños y lo ponemos a sofreír en una sartén amplia con un chorro de aceite.

Una vez comience a pochar añadimos el chorizo y rehogamos unos 5 minutos hasta que tome color y coja el sabor la verdura.


Añadimos un chorrito de vino, mezclamos y dejamos cocinar a fuego medio un par de minutos para que coja el sabor y suelte los aromas y el alcohol. Removeremos contantemente.
Retiramos del fuego y dejaremos enfriar unos minutos hasta que temple un poco.

En un bol amplio batimos los huevos con la sal y una pizca de pimienta.


Vertemos el sofrito en el huevo y mezclamos bien.


En la misma sartén que hemos utilizado para el sofrito, añadimos un chorrito mas de aceite y vertemos la mezcla del huevo con cuidado asegurándonos que se reparten los ingredientes por igual por toda la superficie.

Controlaremos el fuego para evitar que se queme y se pegue e iremos ahuecando con cuidado la base con ayuda de una espátula de madera o silicona.


Una vez que veamos que está cuajadita por encima (a nuestro gusto) y que "baila" en la sartén, podemos dejarla deslizar a nuestro plato para servir.


Recién hecha está buenísima pero también podemos dejarla hecha para la cena con antelación.




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