"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Merluza a la bilbaína

 


La salsa bilbaína o a la donostiarra es super sencilla de hacer, con ingredientes que siempre tenemos en casa y con una preparación sin complicaciones. Ajo, guindilla, aceite y vinagre.

Es una salsa que va fenomenal con los pescados blancos: merluza, lubina, dorada, rodaballo... y que puedes improvisar en un momento que te veas sin ideas para preparar tu pescado en casa, en 20 minutos tienes la cena lista y además es apta si estás a dieta.

Las guindillas picantes son importantes en la receta ya que le aportan ese punto especial, si tu paladar no soporta mucho el picante ponle menos, pero nunca lo elimines pues es un ingrediente imprescindible para que su sabor sea el que es, igual que el vinagre, puedes echar mas o menos o usar de vino blanco, de sidra o de jerez, pero nunca eliminarlo.

Y por supuesto el ingrediente estrella que es el ajo no debe faltar, mas o menos tostado según gustos y sino os gusta comerlo que solo os gusta el sabor lo podéis retirar a la hora de servir.

Hay variantes de esta receta, como ponerle pimiento, piparras o pimentón, podéis probarlas todas que todas las opciones estarán ricas.

Pero así tal cual con una ensalada fresca organizas una comida de 10.

Ingredientes para 4/6 personas:

- 6 trozos de lomo de merluza limpios con piel.
- 4 dientes de ajo
- 2 guindillas secas o cayenas
- Aceite de oliva virgen extra
- Vinagre de jerez (o el vinagre que uséis en casa)
- Sal




Preparación:

Pincelamos con aceite nuestra bandeja de horno y colocamos los lomos de merluza con la piel hacia abajo.
Sazonamos y metemos al horno precalentado a 180º 18/20 minutos.
(También podemos hacer el pescado a la plancha, al gusto)


Mientras se hornea el pescado hacemos la salsa bilbaína:

En una sartén mediana ponemos aceite hasta cubrir el fondo.

Añadimos los ajos pelados y laminados finos y las guindilla cortada en trozos sin rabo y sin pepitas.

Salamos y calentamos a fuego vivo hasta que los ajos comiencen a dorar, les daremos un par de veces vuelta y vuelta. 


Retiramos entonces la sartén del fuego y esperamos un par de minutos hasta que se enfríe un poco el aceite. Apagamos el fuego.

Regamos entonces con un buen chorro de vinagre y removemos sin parar hasta que veamos que la mezcla emulsiona, con la sartén en el fuego al mínimo, para que vaya soltando los aromas y burbujeando levemente.
(Reservamos)


Una vez listo el pescado lo sacamos del horno y servimos en una bandeja o en un plato.

Colocamos con la parte de la piel hacia abajo y regamos por encima con la salsa bilbaína repartiendo los ajos y las guindillas con una cuchara.
(Si es necesario calentamos de nuevo un poco la salsa bilbaína)


Servimos inmediatamente caliente.






El punto del pescado debe ser que al partirlo salga la carne en "lascas", que la carne se vea suave y brillante, que no se rompa, ni se deshaga y que no sea seco y harinoso. 



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