"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Pavlova con fresas

Ya quedan pocas fresas en los super, pero yo como fan incondicional que soy de ellas me resisto a dejar de comprarlas, ahora que están mas baratas compro cajas y cajas y claro, no damos a basto a consumirlas por lo que ¡imaginación al poder! tengo que hacer todo tipo de postres.

Hace poco preparé una deliciosa Tarta de queso con fresas que fue un éxito total y esta vez le ha tocado turno a la Pavlova, una tarta que tenía unas ganas locas de hacer, había visto muchas recetas en internet y al fin me decidí a prepararla, tengo que confesar que no la había comido nunca y me ha encantado además con lo fácil que es de hacer, no tiene ningún misterio, si aún no os habéis atrevido a poneros manos a la obra ya estáis tardando.


Ingredientes:

- 3 claras L (100-120 gr.) a temperatura ambiente
- El doble del peso de las claras en azúcar
- Unas gotas de limón
- 1 cucharadita de vinagre
- 1 cucharada de maicena
- 350 ml de nata líquida para montar
- 100 gr. de azúcar glas
- Fresas limpias al gusto


Preparación:

Ponemos a batir las claras a velocidad media-alta con las gotitas de limón.


Cuando las claras comiencen a hacer picos blandos vamos añadiendo el azúcar poco a poco, de cucharada en cucharada, hasta acabarlo. Tardaremos por lo menos 10 minutos en esto. 
Añadimos el vinagre y la maicena sin dejar de batir. 
Seguimos batiendo hasta que apenas notemos el granillo del azúcar al frotar un poco de merengue entre el pulgar y el índice.


Esparcimos el merengue con una espátula sobre un papel de hornear sobre la bandeja de horno formando un círculo. 
Con la espátula le hacemos como un  nido en el centro, poco profundo, para luego rellenar con la nata y las fresas.


Cocemos el merengue en el horno a 100º durante una hora y media. 
Lo sacamos a una rejilla y lo dejamos enfriar por completo.


Montamos la nata junto con el azúcar glas con robot o con varillas eléctricas, hasta que haga picos duros, cuidado no pasarnos y que se convierta en mantequilla.
Con una espátula la repartimos dentro del nido.
Decoramos con las fresas encima de la nata, en una cantidad a nuestro gusto.


Dejamos reposar en frío (en la calle no en nevera) hasta su consumo o consumir inmediatamente.



Imprime esta receta