"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Peras al vino tinto


Documentándome acerca de este postre, las peras al vino tinto, encontré esta máxima que es el fundamento de esta receta:

"El principio fundamental de las peras al vino es que el almidón de esta fruta, absorba el alcohol del vino, y así se entrelacen los azucares de uno y otro producto dando como resultado un sabor homogéneo para que cuando comamos carne de la pera, nos parezca que estamos bebiendo vino, y cuando bebamos el caldito nos sepa a fruta."


Ésto se consigue con la verdadera maceración de la fruta en el almíbar del vino, con una cocción lenta pero larga y con la condición de que la fruta debe estar aún algo dura para que no se nos convierta en compota además de tocarla  lo menos posible y con el mayor mimo.

Se puede hacer con cualquier tipo de pera, eso es lo mejor de este postre, que en España siempre tenemos peras, de un tipo u otro dependiendo de la época del año, pero la que mejor le va es la pera de agua de toda la vida.

Para 4 personas:
- 4 peras de agua no muy maduras
- 125 gr. azúcar
- 400 ml. de vino tinto con cuerpo
- Zumo de medio limón
- La piel de medio limón
- Canela molida
- Anis en grano
- 3 clavos 







Preparación:

En una olla calentamos el vino y deshacemos el azúcar junto con el zumo de limón, las cáscaras y las especias.
Cocemos a fuego suave 30 segundos.


Pelamos las peras dejando los rabitos, las sumergimos en el vino y dejamos cocer a fuego lento tapado 30 minutos o hasta que estén tiernas, dándolas la vuelta cada 5 minutos, con mucho cuidado, veremos como se van tiñendo.
La manera de comprobar que están listas es pinchándolas con un palillo y que lleguemos al corazón con facilidad.
Sacamos en un plato y dejamos enfriar en la nevera hasta su consumo tapadas con papel de aluminio para evitar que se sequen.


Colamos el vino y cocemos suave, suave hasta conseguir un almíbar denso que dejaremos también enfriar en la nevera hasta su consumo.


Servimos regando la pera con su almíbar.






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