"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Tarta de queso con fresas

¿Hay algo mas rico que unas buenas fresas con una buena nata? creo que es el postre ideal, y si lo convertimos en tarta y encima le aportamos el suave toque del queso ya resulta sublime, pues bien en plena temporada de fresas no podíamos dejar de publicar una receta con esta fruta que tanto nos gusta. 
Creo que es la fruta que mas recuerdos me trae de mi infancia, sobre todo porque anuncia la llegada del buen tiempo, de las tardes mas largas y del olor a primavera...cuando iba con mi madre a comprar fruta siempre me tenía que llevar en la boca un buen fresón y lo iba rechupeteando por el camino tan feliz, mejor que una piruleta.
Esta tarta de queso con fresas lo tiene todo, frescor, untuosidad y ligereza, tomad nota que os va a encantar!

Ingredientes:


Para la base:
- 12 galletas tipo digestive
- 60 gr. de mantequilla

Para el relleno:
- 400 gr. de queso crema tipo Philadelphia
- 350 ml. de nata para montar
- 1 cucharadita de vanilla en polvo
- 60 ml. de leche
- 8 hojas de gelatina neutra
- 80 gr. de azúcar
- Fresas

Para la cobertura:
- 200 gr. de nata para montar
- 60 gr. de azúcar glass
- Fresas

Preparación:

Picamos las galletas manualmente, no queremos polvo sino trocitos.
Añadimos la mantequilla derretida y mezclamos con las manos.
Extendemos sobre nuestro molde desmoldable al que habremos cubierto las paredes con papel film.


Colocamos fresas cortadas por la mitad longitudinalmente pegándolas bien al borde y reservamos en la nevera.


Ponemos a hidratar las láminas de gelatina en agua fría 5 minutos.
Llevamos la leche a ebullición, retiramos del fuego y añadimos la gelatina escurrida, removemos hasta deshacer completamente. (Reservamos)


En un bol amplio mezclamos el queso con el azúcar y la vainilla.


Añadimos la leche y homogeneizamos completamente hasta conseguir una crema fina.


Montamos la nata pero solamente "semimontada" y la añadimos al bol.
Mezclamos con cuidado con una varilla de mano y con movimientos envolventes. 


Sacamos el molde de la nevera y rellenamos con cuidado con la crema de queso y nata.
Tapamos con papel film y dejamos reposar en la nevera mínimo 8 h. 
Mejor hacerla el día anterior y dejarla toda la noche.


Sacamos de la nevera una vez haya reposado y quitamos el aro del molde.
Montamos la nata de la cobertura junto con el azúcar, la extendemos de manera grosera sin alisar la superficie y colocamos fresas encima.
Volvemos a meter en la nevera hasta su consumo. Debe tomarse bien fría.


Una tarta ideal para el verano bien fresquita y suave.






Gracias Iñaki por la idea: Jaleo en la cocina

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