"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Revuelto de jamón sobre cama de vainas de guisantes


No suelo comprar guisantes, de hecho es la primera vez que compro guisantes frescos y creo que no he visto a mi madre comprar guisantes frescos nunca. Mi madre usaba una lata pequeña de guisantes para añadirlos a algún guiso y nosotras nos encargabamos de ir escarbando para separarlos en el borde del plato.  Ya de jovencita, vi a mi amigo Juan Carlos que era un cocinillas, como preparaba un revuelto de guisantes de lata con huevo y jamón. Con esa preparación me decidí a probarlos y durante un tiempo los hice de vez en cuando, aunque esas bolas verdes seguían sin convencerme. Pero mira por donde, para el reto de Cocinas del Mundo preparé un chupe de langostinos que llevaba guisantes frescos y compré unos buenísimos que según rezaba el cartel eran aptos para comer en crudo, vamos una delicia de guisantes finos y delicados al paladar, unos guisantes que volveré a comprar sin duda. Cuando sacaba los guisantes de las vainas pensé en Rosalía y el reto "Reciclando Sabores" y decidí que con esas vainas tenía que hacer algo y la cabeza me llevó al revuelto de guisantes y jamón de mi amigo Juan Carlos. 

Juan Carlos era un fiel seguidor de nuestra cajita y  en su momento nos dejó algunas recetas en la cajita (podéis verle aquí). El pasado Otoño, un accidente tonto nos lo arrebató, así que sirva este plato  para recordándole.

Ingredientes:
  • Vainas tiernas de guisantes
  • 100 gr. de jamón serrano en taquitos
  • 4 huevos
  • 1 cucharadita de sésamo tostado
  • 1cucharadita de ajo molido o 2 dientes de ajo muy picados
  • Un chorrito de leche
  • Aceite de olvia virgen
  • Sal y pimienta
  • Estragón
Elaboración:

Lavamos las vainas de los guisantes, las quitamos las hebras y la piel dura que tienen en el interior. lo mejor que podemos hacer para quitarla es chascarlas por la parte de fuera hasta llegar a esa piel y luego tirar con cuidado.
Blanqueamos las vainas. Para blanquear ponemos agua a hervir y en el momento que hierva añadimos las vainas, contamos un minuto y separamos del fuego. Refrescamos con agua fria y escurrimos.
En una sartén con aceite de oliva salteamos ligeramente las vainas junto con ajo picado y el sésamo. Reservamos en una fuente.
En el mismo aceite ponemos los taquitos de jamón, los salteamos y rompemos los huevos encima, añadimos un chorrito de leche y revolvemos.
Colocamos el revuelto sobre la cama de vainas de guisantes, espolvoreamos estragón picado y servimos inmediatamente.

¡Va por tí querido amigo, allí donde estés!


Bon appétit


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