"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Cazuela enmigada

Esta cazuela enmigada es el resultado de un sueño que se convirtió en realidad. 
Cuántas veces no habré mirado con envidia los reportajes de la televisión acerca de sociedades gastronómicas, hermandades o pandas de amigos que se reúnen sin faltar al menos una vez al mes alrededor de una buena mesa a disfrutar de una buena comida, una estupenda charla y una mejor compañía, primos e incluso conocidos que te cuentan que lo hacen y que dejan todo lo demás sea cual sea su importancia para disfrutar ese día de cocinar, beber y comer desde la primera oliva con el vinito del aperitivo hasta las copas de pasadas las ocho de la noche...




Pues bien, como os digo todo esto se me ha cumplido y la culpable vuelve a ser La Cajita, este mundo bloguero que te absorbe y te enreda en una red que poco a poco se va haciendo mas entramada y de la que no quieres salir, conocer gente, amistades que se van fraguando poco a poco u otras espontáneas de las que no quieres volver a prescindir y con las que te apetece estar.
Esta receta fue protagonista de una de tantas comidas, en esta ocasión dedicada a la gastronomía aragonesa, no os la perdáis, es deliciosa. 

Ingredientes para 6-8 personas:
- 2 kg. de cordero troceado (pierna)
- 800 gr. de cebollas
- 800 gr. de tomates
- 1 cabeza de ajo
- 500 ml. de vino blanco
- 200 ml. de agua
- 70 gr. de pan del día anterior con o sin gluten
- Nuez moscada
- Pimienta negra molida
- Aceite y sal



Preparación:

Majamos la mitad de la cabeza de ajos con un chorrito de aceite.
Embadurnamos bien el cordero con sal y pimienta y el majado.


Freímos el cordero a fuego fuerte hasta que esté bien dorado.
Añadimos las cebollas cortadas en juliana fina y rehogamos hasta pochar.

Batimos los tomates pelados y regamos con ello el guiso.
Dejamos cocer 5 minutos removiendo de vez en cuando.


Picamos el resto de los ajos pelados junto con el pan.


Añadimos al guiso el vino y el agua, dejamos cocer 3 minutos e incorporamos la picada.
Rectificamos de sal, espolvoreamos con pimienta y nuez moscada generosamente y dejamos cocer tapado a fuego suave 2 h. hasta que el cordero esté bien tierno. 
Vigilamos el guiso, removemos de vez en cuando para que no se pegue.


Excepcional!!!




Fuente: Mis recetas

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