"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Tortilla de cebolla

De Concha Bernad siempre aprendes, no importa si se trata de sabiduría teórica o práctica, si se trata de gastronomía o de la vida misma, si la cuestión es complicada o sencilla, ella tiene consejo para todo y nos descubre un montón de cosas, como ejemplo esta tortilla de cebolla que os traigo hoy, una receta de la que me enamoré en cuanto la vi y que aunque parece sencilla tiene su aquél, además se de buena tinta que en el tema "huevos" ya sean revueltos, en tortilla o como sean Concha los domina a la perfección así que no dudé ni un instante en que debía estar buenisima.

Esta tortilla de cebolla que copio directamente de su blog está basada en la receta de Marcos Moran, chef de Casa Gerardo de Asturias, que se hizo muy popular y que no quiero perderme por nada del mundo.

Aquí os dejo la versión de Concha...

Ingredientes:

- 2 kg. de cebollas
- 5 huevos L
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Pimentón picante

Preparación:

Picamos las cebollas lo mas menudita posible.


En una sartén grande o cazuela amplia ponemos un dedo de aceite, vertemos la cebolla, salamos, mezclamos hasta que se pringue bien toda de aceite y dejamos pochar a fuego lento hasta que comience a trasparentar (removemos de vez en cuando).


Cuando comience a trasparentar le añadimos la pizca de pimentón y removemos.


Lo tendremos al fuego 2 horas (reducirá a la mitad), y tendremos que estar removiendo de vez en cuando vigilando que no se pase de tostado. (Recordad fuego bajo)


Una vez lista la cebolla ponemos en un escurridor y dejamos escurriendo hasta que se enfríe a temperatura ambiente.


Batimos los huevos hasta espumar y doblar su tamaño.


Una vez templada la cebolla aplastamos con cuidado para que escurra al máximo y la mezclamos con los huevos con movimientos envolventes hasta integrar completamente.
Corregimos de sal y dejamos reposar cinco minutos.


En una sartén mediana pintamos con un poquito de aceite de freír la cebolla y cuajamos a fuego suave, debe quedar dorada por fuera y jugosa por dentro.
Dejamos reposar de un día para otro o al menos 6 horas para que asiente a temperatura ambiente.


A disfrutar!







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