Sal de apio
No tiene ningún misterio, se elabora con sal y semillas de apio trituradas, pero dado lo complicado que es encontrarlas usaremos las hojas que casi casi aportan la misma intensidad de sabor.
Podemos prepararla con el tipo de sal que mas nos guste, así usaremos una u otra dependiendo de lo que vayamos a preparar.
Si queremos, también podemos añadir una pizca de ajo en polvo.
Desde que descubrí lo fácil que es hacerla ya no falta en mi despensa, de hecho tengo varias versiones, tengo un bote de sal fina, otro con la sal gorda y otro de sal en escamas que para aderezar un tomatito en crudo con un chorretón de aceite de oliva viene de lujo.
Ingredientes:
- Hojas de apio frescas (misma cantidad en volumen una vez molidas que de sal)*
- Ajo en polvo (opcional)
*Misma cantidad en volumen NO DE PESO
(Ej: 1 cucharadita de postre de sal por 1 cucharadita de postre de hojas de apio molidas)
Preparación:
Cortamos todas las hojas del apio, sin los tallos.
Lavamos las hojas de apio bajo el grifo de agua fría, ponemos a secar sobre un paño de cocina limpio o toalla bien separadas, dejaremos que se sequen solas al aire, sin frotarlas.
Precalentamos el horno a 175ºC
Ponemos papel de aluminio sobre nuestra bandeja de horno y colocamos las hojas bien separadas.
Horneamos 10 minutos.
Sacamos y dejamos enfriar completamente en la misma bandeja.
Ponemos las hojas en un cuenco y las deshacemos con los dedos lo máximo posible.
Pasaremos por un colador para afinar lo máximo posible y descartar posibles palos que hayan quedado del algún tallo.
Ya tenemos lista nuestra sal de apio.
Preparamos nuestros botes.
Añadimos la misma cantidad de sal que de apio molido y mezclamos hasta homogeneizar.
Si queremos añadimos el ajo en polvo y volvemos a mezclar.
Haremos el mismo proceso con la sal en escamas o la sal gorda.
Sal en escamas:
Sal gorda:
Sal fina:
Fuente: Mercado Calabajio
