"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Panceta asada con hinojo

El Palacio de Westminster ha sido la obra elegida por María para el reto "CocinArte" y esta panceta asada con hinojo ha sido mi inspiración.

Grandes monarcas en la historia y hoy en día el Parlamento inglés, han usado este edificio señorial, símbolo de Londres, símbolo de grandeza, poder y riqueza

La imagen puede contener: cielo, nube, exterior y naturaleza

El cerdo asado nunca ha faltado en las grandes celebraciones, fiestas y cenas de la realeza y la política, y el hinojo, es ingrediente importante de salsas, aderezos y guisos en la gastronomía del Reino Unido.

Además, la apariencia de la panceta así tostada y marcada con su color dorado emula, echándole imaginación, a la planta del Palacio. ¿A vosotros también os lo parece?

Vamos que me enamoré de esta receta en cuanto la vi.

¿Hay algo mas british que Westminster y el bacon? Y si lo acompañamos de una buena pinta de cerveza ¿que mas se puede pedir?

Ingredientes para 6/8 personas:

- Una pieza de 2,5 kg. de panceta de cerdo entera
- 4 dientes de ajo
- 1 cucharada sopera de romero seco
- 1 cucharada sopera de semillas de hinojo
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal

Para la guarnición:
- 2 cebollas
- Vino blanco 500 ml.

Preparación:

Precalentamos el horno a 220ºC.

Con un cuchillo afilado hacemos unos cortes en rejilla en la piel de la panceta.

Marcamos sólo por la parte de la piel en una plancha o sartén muy caliente, sin aceite ni nada, debe quedar dorada.


Majamos los ajos con las hojas de romero, las semillas de hinojo, un poco de aceite de oliva y sal.


Extendemos el majado sobre la piel de cerdo.


Cortamos las cebollas en rodajas gruesas y las extendemos en una fuente de horno. Regamos con el vino blanco y colocamos la carne encima.


Asamos 30 minutos.
Bajamos el horno a 160ºC y seguimos cocinando durante 3 horas.

Apartamos el cerdo y la cebolla y lo colocamos en otra fuente, tapamos con papel de aluminio.

Colamos la salsa y reducimos a fuego vivo unos minutos.
Dejamos enfriar para que la grasa se solidifique y poder eliminar la máxima posible. 


Servimos con la salsa aparte para servir al gusto.



La carne queda extremadamente jugosa y muy tierna por lo que es difícil cortarla en lonchas perfectas, se deshace, así que la mejor manera para comerla es en tosta, con un poquito de cebollita encima, se os hará la boca agua os lo aseguro, no resulta nada grasienta ni pesada puesto que ha perdido la mayor parte de su grasa en la cocción y el borde crujiente os volverá loc@s.




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