"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Pollo al chilindrón

Cuando entré antifaz y guante blanco en mano al asalto de la cocina de mi tocaya Elena de "Los Deseos del Paladar", empecé a dudar cual sería la receta vilmente robada hasa que me encontré con el pollo al chilindrón y mi corazón empezó a latir muy deprisa. El pollo al chilindrón fue durante unos años la receta estrella de mi casa. Ya he contado en alguna ocasión que yo entré en la cocina en plan "kamikaze". A mi madre nunca le han gustado los pinches de cocina y además, si le pides una receta te puedes volver loca. Para ella las cantidades suelen ser un chorrín, lo que admita, lo que tú veas....   Y yo me ví con diecinueve añitos,  recién casada y sin saber freír un huevo (literal que el primero se me quemó). Mi suegra, que no era tan buena cocinera como mi madre pero era muy disciplinada, seguía siempre las recetas con apuntes salvo las que se tenía aprendidas de memoria con sus cantidades correspondientes, por lo que recurrí a ella para que al menos me dijese como cocer arroz sin que se pasase o quedase duro y como hacer el riquísimo pollo y cordero al chilindrón que había aprendido ella a su vez a hacer de su madre, una aragonesa de Cedrillas (Teruel). Y así fue como el pollo al chilindrón pasó a ser mi plato estrella ( y el único) con el que obsequiaba a todos los amigos que venían invitados a mi casa, hasta que me compré una coleción de libros de cocina y ahí empezó mi perdición.

Como habréis adivinado, estamos otra vez en el reto #asaltablog  y esta vez gracias a él he conseguido que a mi marido se le hayan saltado las lágrimas cuando vió que para cenar tenía un plato de pollo al chilindrón y me ha dicho que donde estén las recetas tradicionales que se quite el nitrógeno líquido. 😉
 La receta es muy sencilla sólo tenemos que tener buenos ingredientes y dejar que haga "chup-chup"  Os dejo con la receta y el paso a paso

Ingredientes:
  • 1 pollo troceado o 1 kg de muslitos o delicias de pollo
  • 1 cebolla grande
  • 1 pimiento verde
  • 1 pimiento rojo
  • 3 dientes de ajo
  • 2 tomates naturales pelados o una lata de 400 gr. de tomate natural pelado
  • 150 gr. de jamón picado
  • 1 1/2 vasos de vino blanco
  • Aceite de oliva virgen
  • Sal y pimienta

Elaboración:

Lo primero es dejar picada la cebolla, y los dos tipos de pimientos.

Cogemos una sartén grande y añadimos aceite de oliva virgen y rehogamos los dientes de ajo pelados pero enteros. Cuando estén dorados los sacamos y reservamos.
En el mismo aceite, o añadiendo un poco más si vemos que no es suficiente, sellamos el pollo al que previamente habremos salpimentado. No tenemos que dejar que se dore mucho para que no se nos quede luego seco. Retiramos y reservamos.
En la misma sartén añadimos los pimientos y la cebolla y rehogamos hasta que la cebolla empiece a transparentar.
Cuando transparente la cebolla añadimos el ajo que habíamos reservado cortado en láminas y el jamón serrano picado, le damos unas vueltas y añadimos el tomate natural pelado (yo si el tomate es de piel fina no lo pelo) y troceado. Lo podemos usar fresco o de lata.

Dejamos hacer un par de minutos y agregamos el vino blanco, bajamos el fuego y dejamos que se evapore el alcohol durante 5 minutos. En una cazuela ponemos el pollo reservado y añadimos toda la sartén con los pimientos y el tomate. Dejamos hacer a fuego medio-bajo durante 15 minutos.

Servimos acompañado de arroz blanco, unas patatasa fritas o patatas asadas que a mí es lo que más me gusta.



Bon appétit


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