"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Aalto 2006


Como ya sabéis en mi casa somos muy aficionados al mundo del vino, siempre estamos experimentando con caldos nuevos ...
Sólo le faltaba a mi marido saber de algún lugar en Madrid de venta de vinos, que no fuera una bodega común, con categoría y gusto suficiente por el vino como para tener desde los mas extraños e insólitos, además de los mas caros, hasta los comunes que todos conocemos, incluso de otros paises... ese sitio es Dominio de Antargü.



Desde que conocí esta vinoteca, cuando tenemos una ocasión especial que celebrar o queremos sorprender con un regalo a alguien, nos pasamos por allí y nos tomamos un vino mientras nos decidimos qué botella comprar ... atención, id siempre con una idea de presupuesto, ya que cómo suele pasar, saldrás con mas botellas de las que tenías pensado comprar y te habrás gastado mas dinero del que debieras.
Pués bien, a mi marido le dá de vez en cuando por escaparse allí, él sólo sin decirme nada, así no le regaño del dinero que se gasta en cada botella ... y en esta ocasión iba a ser yo la sorprendida:
La guardaba en la despensa, cuando una noche me dijo:
-Vamos a pasar por el súper que necesito comprar una cosa- no me dijo qué era y cuando llegamos se fué directo a la carnicería, salió con dos chuletones y las cosas necesarias para preparar nuestra ensalada favorita.
Llegamos a casa, puso la plancha (para la carne), preparó la ensalada y ... la sacó, una botella de Aalto 2006.
Es un vino que al principio se muestra un poco extraño, nos habían recomendado decantarlo primero, dejándolo airear al menos una hora, pero nosotros no somos amigos de este proceso, nos gusta descorcharlo simplemente y dejarlo respirar unos cinco o diez minutos ... y el resultado fué espectacular:
Un vino potente y concentrado, con fruta y madera en la nariz y fino y sedoso en el paladar, perfecto para nuestra cena. No es un vino barato, menos todavía lo será si lo pedimos en un restaurante, pero para darse un homenaje alguna vez es altamente recomendable.
Gran descubrimiento, ya sabeis a apuntar a nuestra lista para ocasiones especiales.
"Me apasiona descorchar un vino y encontrarme con una pieza irrepetible. Es como el amor a primera vista y, en el mundo del vino, todos somos enamoradizos e infieles. Es la gracia del vino, encontrar en cada botella algo especial, no enamorarse de una sino de todas las posibles, de todas las que valen la pena, de todas las que te hacen vibrar..." Daniel Greve
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