"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

21ª edición semanal del podcast de La cajita


¡¡Que casualidad!!
Elena y yo hemos coincidido en el puente de la virgen de Santa Mª de la Cabeza (que solo es fiesta en Madrid), en Mojácar, el pueblecito de veraneo de Elena en Almería.

Elena tenía que ultimar unas cosas en la casa y mi marido decidió sorprenderme con la última salida de playa del verano, para conservar un poquito mas el moreno. Así que aquí estamos disfrutando de los últimos coletazos de calor.

Y con las olas de mar de fondo y la sueva brisa marina resumimos los contenidos de esta semana:
Elena nos invitaba a la divertida cena que disfrutó con su hermana y unas amigas desde las excelentes vistas de la terraza del "restaurante Viancco" en Pozuelo de Alarcón.

Mi imaginación volaba con la "tarta fondant avión" que preparé para el primer cumpleaños de mi sobrino Diego, exquisita combinación de bizcocho de coco y chocolate que gustó muchiiisimo al igual que la simpática carita del avión y del homenajeado cuando la vió, sin olvidarme de la magnífica paella que nos preparó mi cuñada, ¡toda una fiesta!... Como la que tuvo Elena con un melón "solitario" que rondaba por la nevera y nadie hacía caso, pero que con la improvisación que la caracteriza y un toque de jamón convirtió en una exquisita "sopa fría de melón con jamón".

Y continuando con fruta pero esta vez para un segundo plato combiné plátanos con verdura y carne magra y preparé unas "brochetitas Baloo" en honor al dulce oso de la película El libro de la Selva que estaban para chuparse los dedos, regadas con una salsita fina de plátano y piña, probadla y "olvidate de la preocupación..."

Para el concurso de Camilni y sus peques, las sobrinas de Elena se pusieron manos a la obra para enseñarnos como confeccionan sus pizzas preferidas con sus propias manos y sin ningún esfuerzo y cómo disfrutan haciéndolo y en honor a mi hija Inés que se muere por el chocolate le preparé el "helado de chocolate de toda la vida" que me pedía con ansia desde que compré la heladera del Lidl.

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