"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Rovellones con huevos poché al ajo negro


Poco a poco se está poniendo de moda entre los grandes chefs, el uso del ajo negro. De sabor fino y un poco dulce, pero sin perder el fondo del sabor original tan característico, el ajo negro no es nada más (y nada menos) que el ajo después de un periodo de fermentación. Mantiene todas las propiedades del ajo corriente, pero no repite.

La primera vez que lo utilizas, esperas encontrar un diente de ajo duro y seco, pero te encuentras con una textura blanda y delicada. No huele a ajo, pero si se descubre su sabor. Una maravilla culinaria que podemos utilizar en cualquier plato.

Unas patatas, unos rovellones y un huevo poché adquieren protagonismo con unos tropezones de ajo negro.


Ingredientes (2 personas):

  • 2 huevos
  • 2 patatas medianas
  • 1/2 cebolleta fresca
  • 300 gr. de rovellones
  • 4 dientes de ajo negro
  • Aceite de oliva virgen
  • Clara de huevo o huevo batido para pintar las patatas
  • Sal
Preparación:

Las patatas las vamos a hornear, así que empezamos precalentando el horno a 200º. Pelamos, lavamos y secamos las patatas y las cortamos en rodajas finas. Si no tenemos buena maña con el cuchillo para que queden todas del mismo grosor, nos podemos ayudar con una mandolina. Engrasamos ligeramente una bandeja de horno, y colocamos las rodajas. Las pintamos con clara de huevo o un huevo batido y las horneamos durante 25 minutos.


Mientras se hornean las patatas, preparamos lo rovellones o níscalos. Si son frescos los lavamos bien para quitar los restos de tierra, los escurrimos y los cortamos en tiras. Si no estamos en temporada podemos utilizarlos en conserva. Cortamos también en tiras la cebolleta, y la rehogamos con un poco de aceite de oliva en un sartén a fuego medio. Cuando empiece a transparentar la cebolleta, añadimos los rovellones y rehogamos todo junto. Reservamos.


Para hacer los huevos poché o escalfados, cortamos un cuadrado de film  de cocina por huevo, lo pincelamos con aceite de oliva y lo colocamos sobre una taza o un recipiente muy pequeño. Rompemos un huevo y lo colocamos en el centro del film de cocina, lo salamos ligeramente, y ponemos un diente de ajo negro cortado en láminas. Cerramos el paquete con el huevo o bien haciendo un nudo, o bien con una pinza de plástico de las que usamos normalmente para cerrar paquetes abiertos. Ponemos en un cazo agua a hervir, y cuando empiece la ebullición introducimos los huevos durante 4 minutos. Ni un minuto más, por lo que en el momento que pase el tiempo los sacamos inmediatamente del agua o enfriamos la misma. Esto es así para que nos quede una yema jugosa que nos inunde luego el plato.


Montamos el plato poniendo una base de patatas horneadas y encima los rovellones, para coronar con un huevo poché. Cortamos otro diente de ajo negro en láminas y lo colocamos por encima del huevo.


Siempre me ha gustado comer ajo con la yema de huevo, pero el sabor ligeramente dulzón del ajo negro, superar cualquier combinación de las que he realizado.



Venga, venga, dejar que el huevo se derrame...


Bon appétit

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Todos los beneficios de la venta de este libro son para MENSAJEROS DE LA PAZ y su comedor social del Pozo del Tío Raimundo.

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