"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Gelée de vino blanco


El mes pasado leí en una revista “Vuelve la gelée. Regresa el consomé de gelatina que hacía tu abuela”. Por lo visto, además de la vajilla, también vuelven las técnicas culinarias de antaño. Mi abuela nunca hizo gelée de ningún tipo, pero desde el momento que leí ese artículo pensé en hacer yo una, aunque no de consomé precisamente que a mí me gusta muy caliente, sino una gelée de vino blanco. Me puse a investigar la mejor forma de hacerla y al final hice como siempre coger una de aquí, otra de allá y meter mi “gazapo”.



Hacer la gelée es muy sencillo y esta concretamente la comimos sobre unas tostas, unas con queso curado y otras con foie y estaba muy buenas las dos. También probé a cortarla en cuadraditos y rebozarlas en azúcar a modo de gominolas para que la probasen mis compañeros en el trabajo, pero tengo que decir que a los 5’ habían absorbido todo el azúcar y se pegaban las unas con las otras formando una masa rara. El resto está ya cortadita en dados en un recipiente hermético dentro del frigorífico, esperando servir de decoración de una ensalada, de unos langostinos o de esos fresones que compré ayer. Para la próxima vez que la haga (pienso repetir) ya tendré moldes con formas para poder cortarla con formas variadas

Os cuento como realicé mi gelée de vino blanco por si os apetece probar. Utilicé un vino blanco Bahía de Denia de uva moscatel. Tiene el 1º premio al vino mejor valorado en la cata Els Bodeguers 2009, un sobre de gelatina neutra (no encontré pectina por más que busqué) y azúcar.


Como el vino ya lo tenía empezado puse al fuego en un cazo dos tazas de desayuno de vino y ¾ taza de azúcar (si el vino es más seco se puede añadir más azúcar y viceversa), removiendo continuamente y alegrándome cada vez más con los vapores que soltaba la poción. En un momento determinado se me ocurrió echarle un chorrito de un buen brandy para darle un color más dorado. Mientras tanto tenía la gelatina neutra en agua con las proporciones que ponía en el paquete (es mejor seguir las instrucciones del fabricante si no se está muy seguro como era mi caso).Cuando observé que el vino había absorbido completamente el azúcar y había desprendido la mayor parte del alcohol, retiré el brebaje del fuego e incorporé la gelatina. Lo puse todo en un recipiente rectangular y dejé que se enfriase al menos durante 4 horas. Para desmoldarlo me ayudé de la punta de un cuchillo y luego ya a saborearla. Si os animais....


Bon Appétit
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