Mi Pelea con el Dulce de Leche
Animada por el resultado de mi primera tarta fondant (a pesar de las vicisitudes que tuve), decidí que haría la tarta del primer cumpleaños de mi nieta, por lo que aprovecharía el fin de semana para preparar distintos tipos de bizcochos y rellenos que me sirviesen para practicar. ¡Ilusa de mí! Igual que el burro flautista, que sopló la flauta por casualidad, mi aventura con la repostería iba a ser tan desastrosa como siempre.
Me levanté la mañana del sábado creyéndome Eva Arguiñano y dispuesta a preparar los rellenos que tenía previstos: Dulce de Leche y Crema de Chocolate con mermelada y para eso lo primero que necesitaba eran dos bizcochos, uno para cada relleno.
Había leído una receta por Internet, del que sería mi primer bizcocho del día. En las fotografías que ilustraban dicha receta, se veía un bizcocho altísimo, parecía un sombrero de copa, se veía esponjoso y decían que se le podía cortar en tres discos, por lo que sería perfecto. ¡Podría poner mis dos rellenos en el mismo bizcocho!. Batí claras a punto de nieve, fui incorporando delicadamente cada uno de los ingredientes, mezclé con sumo cuidado, volqué todo en el molde y…. 30’ después en vez de un sobrero de copa tenía un “frisbee”. No me lo podía creer, no había subido ni un poquito, ¿estarán las harinas en mi contra? ¿porqué cuando lees una receta parace tan fáci? Estaba con esas cabilaciones cuando mi marido entró en la cocina y me dijo: ¿Hoy que haces, una galleta gigante? Se salvó de que le lanzase el “frisbee” porque era su santo.
1º bizcocho |
Para mi segundo bizcocho no me compliqué, hice un bizcocho básico mezclado con dos sabores normal y con chocolate.
Vista de las dos mezclas |
Poco antes de terminar la 1ª vez |
El domingo, eso seguía estando igual de líquido, NO HABÍA ESPESADO NADA, así que por tercera vez en el fin de semana puse la cacerola al fuego y me puse a remover durante ¾ de hora y dispuesta a que si por lo menos no me salía el dulce de leche lo que si haría sería fortalecer los brazos, ya que tengo un poco abandonado el hacer ejercicio. Bueno, y al final aquello empezó a espesar, por lo que aprendí en mis propias carnes que no hay que detener la cocción cuando adquiera un color tostado, sino cuando espese y tenga consistencia, aunque tenga un color chocolate, pero ¡por fin tenía mi dulce de leche!.
Pero como ya tenía suficiente con mi experiencia de este fin de semana, para el segundo relleno preparé la receta exprés que me había soplado por teléfono mi hermana Lourdes y que algún día os contaré.
Bon Appétit
Bon Appétit
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