"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Mermelada de cebolla


Cuando estas Navidades me acercaba a las estanterías del “super” buscando que las musas me inspirasen el menú de Nochebuena, encontré un tarro de mermelada de tomate que inmediatamente metí en el carro. Al poco tiempo, ojeando una revista, hablaban de la vuelta a los productos naturales. Es así como pensé en preparar mermelada de cebolla. Tengo que decir que nunca he hecho mermelada de ningún tipo, por lo que lo primero era averiguar como conservarla. Después busqué recetas (no encontré ni dos parecidas) y planifiqué realizar mi primera mermelada de cebolla para el 1 de marzo.



Compré todos los ingredientes, y esperé el gran día.Cuando me dirigía al trabajo, pensé que en un ratito haría una etiqueta para adornar mi tarro y fantaseaba con mi tarde relajada en la cocina, pero la hornada laboral que me esperaba no iba a ser precisamente de relax, y para colmo se prolongó un par de horas más; por lo que mi mermelada está sin etiquetar. Aún así, dije que iba a cocinar y aquí tenéis la receta que es un poco a mi manera, pues he cogido ideas de varios sitios.Para los que, como yo, no os hayáis embarcado nunca en esa aventura, os diré que lo primero que hay que hacer es hervir los tarros para esterilizarlos y dejarlos secar mientras preparamos la mermelada.

Ingredientes:

  • 2 Kg de cebollas
  • 200 gr. de azúcar moreno
  • Un vaso grande de whisky
  • Aceite
  • Un paquete de kleenex
  • Una pizca de sal.



Elaboración:

La cebolla hay que picarla en juliana, y entre pieza y pieza picada, cuando parezcas la Dolorosa, coges un kleenex y te vas secando las lágrimas para que no estropeen la mermelada. En una cacerola grande, se echa aceite y se añade la cebolla, removiendo a menudo con una cuchara de madera. Se añade una pizca de sal y antes de que la cebolla coja color, se añade el azúcar y el whisky (he utilizado whisky, porque era lo que tenía en casa, pero podía utilizarse también coñac, jerez, etc.). Se mantiene en el fuego hasta que espese y se evapore el liquido, luego se deja enfriar y se rellenan los tarros que cerramos bien y ponemos al baño María durante 30 minutos, para que se conserve durante mucho tiempo. Y ¡ya está! Tenemos mermelada lista para acompañar platos de carne, hacernos una tosta o preparar unos canapés.

Bon Appétit
LA CATA DE NIEVES

Ragú de Pavo a la mermelada
de cebolla con almendras y dátiles
Dispuesta a catar anoche para cenar el bote de mermelada que me diste de esta receta abrí la nevera y miré que podía aprovechar; casualmente encontré una badeja de ragú de pavo que sofreí previamente hasta dorarse y añadí unas almendras fileteadas y unos dátiles troceados, le dí unas vueltas, dejé sofreir a fuego muy, muy lento unos 7 minutos y me preparé para presentarlo en la mesa a ver la reacción de mis comensales ... y el resultado fué todo un ÉXITO:
¡¡ EXQUISITO !! - fueron sus palabras ...
Y no hay mas que decir.

¡¡ENHORABUENA A LA COCINERA!!
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