"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Tarta fondant Antonia


Este año el cumpleaños de mi suegra ha coincidido en el mismo fin de semana que el día de la madre. Ha criado 8 hijos y como buena matriarca le gusta hacer celebraciones, comidas… tener a toda su familia cerca y cuanta más gente mejor.
-¡Voy a organizar una barbacoa para este fin de semana, os espero a todos a comer!
Perfecto, tenía 2 días para pensar el diseño y los sabores que llevaría mi tarta fondant dedicada a ella.
Pero... lamentablemente mi suegra no está ahora en su mejor momento y canceló la comida. 
-Dá igual- pensé, yo se la voy a hacer y se la llevamos aunque sólo sea para tomar un café con ella y darle un beso, ahora mas que nunca necesita sorpresas y alegrías y saber que nos acordamos de ella y que aunque esté malita sigue cumpliendo años ...

Me puse manos a la obra, y cómo me dice Elena -¡estas loca!- iba a preparar una tarta de dos pisos, uno mas ancho para la base y otro mas pequeño para el primer piso, coronada con un gran lazo rojo con espirales y una rosa blanca.
Preparé el bizcocho base de chocolate y lo rellené con chocolate, frambuesa y fresas naturales en rodajas, de momento sin problemas. Preparé el segundo bizcocho, esta vez uno de yogurt de fresa, el bizcocho 1, 2, 3, el de toda la vida. Que rico me salió también, aunque creo que lo saqué muy pronto, estaba demasiado esponjoso y blando y tuve ciertos problemas para desmoldar y sobre todo para cortarlo con la medida adecuada, pero al final yo gané la pelea, además estaba exquisito.


Comencé con el fondant: el bizcocho base no me dió problemas, lo cubrí con blanco y puse una cinta roja alrededor, decoré con unos motivos rojos de unos moldes que tenía y barnicé con almíbar con ayuda de una brocha de silicona (agua con azúcar).


Mi odisea comenzó con el bizcocho de yogurt, estaba tan blandito y esponjoso que me pasó lo mismo que a Elena con su tarta Pez, se me desmoronaba, decidí no tocarlo demasiado y comenzar a cubrirlo con el fondant, que disimularía las imperfecciones.
Mi primer problema comenzó cuando el fondant no se pegaba al bizcocho y quedaba suelto, no conseguía hacerle la forma, decidí ponerle la cinta roja alrededor a ver si con eso conseguía algo, bueno, no salió mal del todo pero no quedó liso, parecía un sombrero abollado ...


Bueno, como voy a ponerle un gran lazo no se notaría demasiado.
Leí que los lazos había que prepararlos con una servilleta en medio para darle la forma hasta que secaran, las espirales ponerlas alrededor de algo redondo y esperar también a que se sequen... pero atención deben enrollarse alrededor de algo que no tenga nada en los extremos para luego poder sacarlos, yo tuve el fallo de enrollar dos de ellos en cucharas de madera que tenían mango, no pude usar esos. Y haremos un círculo que hará de base del lazo.


Confeccioné la rosa blanca que coronaría mi estupenda tarta.


Monté los adornos, no sin dificultad, además cuando barnizaba con almíbar sobre el color rojo, escurría una lágrima de este color sobre el blanco que tenía que estar limpiando con mucho cuidado, y la verdad es que se me pringó un poco.
Y "ces't fini" este fué el resultado:


Mi objetivo resultó como me esperaba, y no me refiero a la confección de la tarta, que también estoy muy contenta, sino a alegrar un poquito a mi suegra, se le pusieron los ojos como platos y no sabía qué decir, no le salían las palabras, y según se iba incorporando familia a la reunión iba cayendo la tarta a pasos agigantados. Y decir que la idea de rellenar con las fresas naturales le dió un toque muy refrescante. ¡Apuntadlo!
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