"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Baklava de nueces y orejones con aroma de azahar


Whole kitchen en su Propuesta Dulce para el mes de noviembre nos invita a preparar un clásico persa Baklava

Como en todas las grandes recetas, son muchas civilizaciones las que se disputan el origen de este afamado dulce. La historia del baklava se remonta a la antigua Mesopotamia, donde los asirios en el SVII a. C. colocaban unas capas de pan con nueces trituradas, este pan lo bañaban en un poco de miel y lo horneaban. 

Los mercaderes griegos, fascinados por este dulce, llevaron la receta a Atenas, donde se añadió la pasta filo en sustitución de la masa de pan, así consiguieron una masa fina como una hoja gracias a la gran técnica de pastelería que habían desarrollado. Según la tradición había que poner 33 capas de pasta en referencia a los años de Cristo en la Tierra. 

En "La cajita" ya teníamos unos deliciosos baklava de pistachos que preparó Nieves en los inicios del blog, por lo que tenía que buscar una variante para no repetir receta. Me decidí por las nueces y los orejones. Las nueces porque me encantan, y los orejones porque además de sabor aportan color.


Yo probé los baklava por primera vez en Túnez, y me gustaron muchísimo. Estas recetas orientales a base de frutos secos y miel, aunque son deliciosas son para tomar en dosis pequeñas.

Ingredientes:

Sirope:
185 gr. de azúcar
250 ml de agua
285 gr. de miel de azahar
1 cucharadita de azahar
1 palito de canela
Cáscara de limón
Relleno:
60 gr. de azúcar
500 gr. de nueces picadas
100 gr. de orejones picados
ralladura de limon
ralladura de naranja
1 cucharada de canela molida

Pastel:

12 hojas de pasta bric (original con Philo)
185 gr. de mantequilla

Elaboración:

Preparamos el sirope lo primero. Para ello colocamos en un cazo el cuarto de litro de agua, y vamos añadiendo el resto de ingredientes.


 Lo hacemos a fuego fuerte, hasta que todo el azúcar esté disuelto y al menos 5' desde que rompe a hervir para que coja todo el aroma de la canela.


Colamos y reservamos para que se enfrie.


El siguiente paso es el relleno. Picamos las nueces y las colocamos en un bol. Luego picamos los orejones y los añadimos, reservando unos poquitos para decorar al final. Añadimos el azúcar, la canela y las ralladuras de limón y naranja.


Mezclamos todo bien y reservamos.


Le toca el turno al pastel. Si utilizamos pasta philo, como es rectangular usamos un molde rectangular. Yo, como cuando fui a comprarla estaba agotada, compré pasta bric, que también es muy fina y da el mismo resultado, sólo que las hojas que yo compré eran circulares, así que me tuve que ir a un molde circular. Usé uno desmoldable. 

Derretimos la mantequilla, en el microondas se hace en 30'', y pincelamos bien con ella el molde que vayamos a utilizar.


Ponemos una primera hoja de pasta bric y pincelamos totalmente por encima con mantequilla. Repetimos la operación hasta tener colocadas 4 hojas bric. Echamos un tercio del relleno que teníamos reservado cubriendo bien toda la superficie y volvemos a poner dos hojas de pasta bric siguiendo el proceso del principio, es decir untando toda la superficie de la capa con mantequilla. Seguimos con otro tercio de relleno, otras dos capas de bric y el tercer tercio de relleno meno uno poquito que dejamos para la decoración. Finalizamos como al principio con 4 capas de pasta bric. Pintamos con mantequilla también esta última capa.

Con un cuchillo muy afilado vamos haciendo los cortes previos, ya que una vez horneado no se puede cortar bien. Si lo hemos realizado en un molde rectangular hacemos cuadrados o rombos de un tamaño no demasiado grande, porque como dije al principio los baklava son para tomar en dosis pequeñas. Para un molde redondo como el mio, opté por cortarlo como las porciones de una tarta, pero mucho más finas.


Ahora lo llevamos al horno que previamente habremos calentado a 165º y horneamos durante 35', ya sabéis, todo depende del horno. Cortamos del todo las porciones, las bañamos con el sirope, decoramos con los orejones reservados y el relleno reservado.


Dejamos que repose y enfrie bien y lo metemos en el frigorífico.

Ahora con un te o un café nos podemos deleitar con esta delicia persa.







Bon Appétit

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