"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Pamplona... y sus pinchos


Segunda entrega del viaje sorpresa que mi marido organizó para el puente de Todos los Santos.
¿A que comienza muy apetitoso? jeje...

Dejando atras tierras zaragozanas y de reyes, desde Sos del Rey Católico, continuamos nuestro viaje hacia Navarra, concretamente nuestra siguiente parada iba a ser Pamplona...

Una ciudad que tenía unas ganas locas por conocer... cada 7 de julio y durante 7 días la televisión de mi casa se enciende a las 07:45 para ver sin perder un detalle el ambiente de la ciudad y el siempre emocionante encierro de apenas 4 minutos de duración por las mundialmente conocidas fiestas de San Fermín.


Aparcamos el coche en el parkin de la misma plaza de toros e hicimos el recorrido del encierro al revés, terminando en toriles, parando en varios bares del recorrido a cada cual mas repleto de pinchos y con mas variedad...

Esquina C/ Estafeta con Mercaderes
En el número 50 de la calle Estafeta se encuentra, para mi gusto, el mejor lugar de pinchos de Pamplona, el Bodegón Sarriá... toda una barra con vitrinas de tres pisos repletas de los pinchos mas insólitos, originales, grandes, pequeños, de pescado, verdura, carne... que os podeis imaginar...


Nos pedimos éste, bautizado con el nombre de "velero", regado con un excelente vino tinto de Navarra.


Además de una cazuelita de bacalao al ajoarriero, un montadito de morcilla ibérica con tomate, un pincho de paté de pato con queso de cabra y cebolla caramelizada... todo esto compartido claro, dábamos buena cuenta entre los dos con el tenedor en ristre... y por supuesto no todos en el mismo bar, ya os digo que al menos visitamos 6...

Y no podemos olvidarnos de hablar del "croquetón", en Pamplona no se andan con tonterias con las croquetas, son tan grandes como una patata, por eso cuando ves la carta te las venden por unidades... nos pedimos la de setas, realmente exquisita.

De todos estos platos no tengo fotos porque estábamos tan agustito de bar en bar degustando tantas cosas ricas, tanto con el paladar como con la vista, que no pensé para nada en la cámara..., pero os podeis hacer una idea...

Seguimos nuestro camino llegando ahora a la plaza del ayuntamiento desde cuyo balcón se lee el pregón de comienzo de fiesta y se lanza el "chupinazo" ... 7 días después desde el mismo sitio se anuncia el fin de fiesta y se entona el cántico "Pobre de mí".


Llegamos a la calle Santo Domingo...

C/ Santo Domingo

... cuya famosa cuesta es la primera en subirse por los mozos y los toros, un primer tramo que cansa tanto a unos como a otros, con carreras cortas, limpias y pocos imprevistos...


Y con los vinitos que llevábamos en el cuerpo, al ver al Santo tan pequeñín y ahí metido en ese hueco de la pared protegido en su urna nos salíó del alma el ponernos a cantar a duo la canción que los mozos entonan minutos antes de correr el encierro para pedir su protección... jajaja... ¿os imagináis la cara de la gente que pasaba?


..."A San Fermín venimos
por ser nuestro Patrón
nos guíe en el encierro
dándonos su bendición"...

Y con el cartel de la cuenta atrás para el comienzo de la fiesta del año que viene dijimos adiós a esta ciudad tan maravillosa y a la que desde luego tengo pensado volver... I promise!!

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