"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Bizcocho de mandarina y banana


Tocaba llevar algo al colegio para invitar a los compañeros, y lo mejor para compartir y dividir es un buen bizcocho. Además tenía en casa un paquete de banana deshidratada que nos habían mandado de ECO-SALIM , productos naturales y ecológicos, para que degustásemos y rápidamente pensé en incorporarlo al bizcocho que más le gusta a mi nieta Sofía, el de mandarina.

La mandarina gusta a los más pequeños por su dulce y refrescante sabor, pero no tenemos que olvidar que es una fuente muy importante de vitamina C. A mí me encanta su olor, pero además, no se si sabéis, que cuanto más dulce e intenso es este, de más calidad son las mandarinas. 


Para este bizcocho, que ya os anticipo que es súper esponjoso, necesitamos los siguiente:



250 gr. de azúcar
2 mandarinas
50 gr.  de banana deshidratada Eco-Salim
3 huevos
100 gr. de aceite de oliva Oli- Salim
1 yogur natural
250 gr. de harina
1 sobre de levadura

Las mandarinas las vamos a usar sin pelar, pero quitamos un trocito de cáscara de la parte que está unida a la rama que es la más amarga. Las lavamos muy bien y las cortamos en cuartos.


Con una batidora o un robot de cocina, trituramos bien las mandarinas junto con el azúcar y los huevos.



Añadimos el yogur y el aceite y mezclamos de nuevo.


Por último incorporamos a esta mezcla el harina tamizada junto con la levadura. Mezclamos bien y vertemos en un molde de corona, previamente engrasado o de silicona.

Ahora con cuidado, vamos poniendo trocitos de plátano deshidratado. Los colocamos por toda la superficie de la mezcla, y cuando hemos puesto por todo el bizcocho, pasamos a hornear.


El horno lo tenemos precalentado a 180º y tenemos el bizcocho durante 40', acordándonos de pinchar el centro para comprobar si está hecho.


Cuando lo saquemos del horno lo dejamos enfriar sobre una rejilla.


Una vez frío, desmoldamos y listo para comer.




Y yo con él al colegio y mis compañeros encantados.


Bon Appétit Imprime esta receta