"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Lombarda glaseada con calabaza


Aunque me gustan las verduras, soy bastante selectiva en las que preparo. Descartando las hortalizas, que esas sí que me vuelve loca, me limito a cocinar judías verdes, espinacas y lombarda. No puedo decir que no me gusta comer verde, ya que preparo ensalada todos los días y las hago muy variadas. Cuando voy a comer pizza siempre elijo la que más verduras lleva. Lo mismo me pasa con la pasta, pero como digo, en casa sólo compro esos tres tipos. Eso sí. Me gusta prepararlas de formas diferentes.

La lombarda me gusta por su color, y por su sabor más fino que el de otras coles. En Madrid, la lombarda es un plato típico de Nochebuena, y aunque en muchas familias se ha perdido esa costumbre, yo como buena madrileña, en mi mesa no puede faltar en Nochebuena un buen plato. Esta es precisamente la que serví en las últimas fiestas. Os la recomiendo.


 

Ingredientes:

1 lombarda mediana
500 gr. de calabaza
2 cebollas
600 ml de caldo de pollo
10 cucharadas de vinagre balsámico
4 cucharadas de azúcar moreno
2 cucharadas de pimentón dulce
25 gr. de mantequilla
Aceite de oliva
Sal


Preparación:

Lo primero es asar la calabaza, y aquí tenemos dos opciones. Podemos pelarla y cortarla en daditos, y colocarla en una fuente de horno con un poquito de aceite. Hay que asarla a 170º. El tiempo dependerá del tamaño de los daditos, por lo que os recomiendo vigilarla. También la podemos asar partida por la mitad a la misma temperura y con la misma vigilancia. Cuando la tengamos extraemos la pulpa y reservamos. A mí me gusta tener calabaza asada, así que he optado por utilizar la pulpa de uno de los tupper que tenía en el congelador.


Picamos la cebolla, y en una cacerola grande, la rehogamos con la mantequilla y un poco de aceite, hasta que esté tierna y transparente.


Lavamos y cortamos la lombarda en juliana gruesa y la añadimos a la cacerola, rehogándola durante un minuto.


Añadimos el caldo caliente, el vinagre, el azúcar, el pimentón y la sal, y dejamos cocer durante 15' a fuego medio. Comprobamos la textura de la lombarda y si todavía no está al dente dejamos hacer un poco más. El caldo se tiene que haber consumido, sino es así y la lombarda está en su punto escurrimos el sobrante, y si se ha consumido y le falta un poco de coción, añadimos un poquito de agua.


Si no tengo calabaza, directamente la sirvo así.


Pero si la tengo, la puedo servir caliente con los trozos de calabaza por encima (si hemos asada la calabaza en trocitos), también podemos mezclar la pulpa de la calabaza con la lombarda antes de servir (a mí es como más me gusta porque el sabor es sublime).




Y si tenemos invitados podemos emplatar con un aro la lombarda, y cubrir por encima con una capa fina de calabaza asada. Queda supervistoso por el contraste de colores, y luego cada uno lo mezcla en su plato.


¿Cómo la váis a hacer?


Bon Appétit

Fuente: Basada en una receta de Mikel Iturriaga, "El Comidista"
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