"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Queimada y conjuro


Hace unos días, mi hermana Lourdes, ha tenido que podar todos los árboles de su jardín (menos los dos olmos que están protegidos). Al rato podíamos ver las fotos en Facebook, y comentario va, comentario viene, llegamos al momento de quemar todo aquel deshecho de poda que no era utilizable en la chimenea.






















Fotos cedidas por Lourdes M.




Es así como surgió reunirnos un grupo para asar unas batatas en la hoguera, y de paso, entre risas, hacer unos conjuros para pedir un deseo y para "pisarle el callo" a algún impresentable.

Por supuesto había permiso para la quema controlada, por si alguien piensa que somos imprudentes, pero de todas formas alguién sugirió avisar a los bomberos. Alguien femenino por supuesto ;)

 Foto cedida por Lourdes M.

Cada uno llevamos un plato para compartir alrededor de la hoguera, aunque como la noche estaba con lluvia fina, acabamos alrededor de la chimenea degustando un pavo asado con relleno al estilo americano y una jugosa tortilla de patatas.


Mientras en el fuego exterior se iban asando las ricas batatas.



La parte dulce estaba compuesta de galletas de jengibre, bizcocho, kanellbullar (tengo pendiente decirle a Karen que nos pase su receta) y un bizcocho de calabaza y castañas que llevé yo y que en unos días meteré en La cajita.


Mientras tanto con voz solemne se leyó el conjuro de la queimada y José Luis con mano experta nos preparó una.

Mochuelos, lechuzas, sapos y brujas,
demonios maléficos y diablos, espíritus de las nevadas vegas.
Cuervos, salamandras y meigas, hechizos de las curanderas.
Podridas cañas agujereadas, hogar de gusanos y de alimañas.
Fuego de las almas en pena, mal de ojo, negros hechizos,
olor de los muertos, truenos y rayos.
Ladrido del perro, anuncio de la muerte; hocico del sátiro y pie del conejo.
Pecadora lengua de la mala mujer casada con un hombre viejo.
Infierno de Satán y Belcebú, fuego de los cadáveres en llamas,
cuerpos mutilados de los indecente pedos de los infernales culos,
mugido de la mar embravecida.
Vientre inútil de la mujer soltera,
maullar de los gatos en celo,
pelo malo y sucio de la cabra mal parida.
Con este cazo levantaré las llamas de este fuego
que se asemeja al del infierno,
y huirán las brujas a caballo de sus escobas,
yéndose a bañar a la playa de las arenas gordas.
¡Oíd, oíd! los rugidos que dan las que no pueden dejar de quemarse en el aguardiente
quedando así purificadas.
Y cuando este brebaje baje por nuestras gargantas,
quedaremos libres de los males de nuestra alma y de todo embrujamiento.
Fuerzas del aire, tierra, mar y fuego, a vosotros hago esta llamada:
si es verdad que tenéis más poder que la humana gente,
aquí y ahora, haced que los espíritus de los amigos que están fuera,
participen con nosotros de esta queimada.



Ingredientes:
Aguardiente
Azúcar
La piel de un limón
Unos granos de café 

Preparación: 


En una queimadera, o recipiente de barro si no tuviesemos la primera, vertemos el aguardiente con el azúcar al gusto (unos 50 gr. en medio litro de aguardiente).



Se añade la piel del limón y los granos de café. 

Se remueve y se prende fuego. El fuego lo prendemos en un cazo, que luego sumergimos en la queimadera. 


Hay que ir removiendo y viendo el espectáculo de las llamas, mientras sigue de fondo el conjuro y cada uno vamos pasando los papeles de nuestro buen o mal ojo particular. 



Movemos hasta consumir por completo el azúcar. Mientras se hace toda la ceremonia de la queimada, todos aquellos que la prefieren más fuerte se van sirviendo, y los que sean más prudentes, esperan hasta el final.


Ya sabéis, si en estos días de reuniones os decidís por la Queimada, que sea con conjuro. Es más divertido.

 


Bon Appétit
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