"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Asadillo de pimientos tricolor con aceite de trufa


Dos años de mi vida los pasé viviendo en El Bierzo en la provincia de León, concretamente en Ponferrada. Para los que no conozcáis ese lugar os tengo que decir que tenéis que ir porque merece la pena visitarlo. Cualquier época del año puede ser buena, pero yo me quedo con el otoño, paseando por esos parajes con los distintos tonos naranjas de las hojas de  los castaños. Paseando por senderos oyendo el murmullo de los ríos, Podéis ver el castillo del Temple, Los castros, la Virgen de la Peña, los Ancares, las Médulas explotación de oro de la época de los romanos y declarada patrimonio de la humanidad….

Las Médulas



Y por supuesto la comida. Allí descubrí platos maravillosos que algún día os contaré y allí vi por primera vez como en “Prada A Tope” asaban pimientos sobre carbón de encinas, en las antiguas caballerizas de un edificio de Cacabelos que se llamaba “La Moncloa”. Fue el primer restaurante en el que comí nada más trasladarme a esa bella región. Entonces no existía nada más que ese restaurante de la cadena, luego llegaron el resto de franquicias, pero sus productos, aunque básicamente se vendían allí en Cacabelos, también se encontraban ya en el club del gourmet de El Corte Inglés.


Por supuesto que todas las veces que fui a “Prada a Tope” durante esos años, me volvía a casa cargada con los botes de pimientos, pero también me aficioné tanto a ellos que cuando no tenía los asaba yo primeramente en el horno y luego en la olla exprés, que desde que descubrí el truco para hacerlos así no he cambiado.

El asadillo de esta vez no era con pimientos de El Bierzo (en Madrid no los encuentro). Usé un pimiento de cada color, verde, rojo y amarillo, porque todos están buenos y queda vistosito, aceite de trufa y sal Maldon

Elaboración:

En la olla ponemos los tres pimientos bien lavados, secados con un paño limpio y quitadas las semillas. Cerramos la olla, ponemos al fuego y en el momento que ha cogido presión  esperamos 3’ y apagamos el fuego. Esperamos a que baje la presión, mientras tanto sigue el proceso de asado con el calor acumulado. Abrimos la olla y damos la vuelta a los pimientos, repitiendo el mismo proceso.

Si los pimientos son alargados y finos basta  con dar la vuelta una vez. Si, como en este caso eran regordetes, hay que hacerlo una tercera vez.


Abrimos la olla, escurrimos todo el jugo que han soltado y dejamos enfriar.  Cuando estén frios los pelamos y cortamos en tiras.


Los ponemos en una bandeja y añadimos la sal Maldon y aceite de oliva virgen extra.




Como a mí me gusta tener distintos aceite aromatizados, utilicé uno con  trufa que le da un sabor muy característico.

Los pimientos se pueden servir como entrada o como acompañamiento de un plato de carne, pescado, huevos, patatas...



Bon Appétit
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