"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Zamburiñas


Vivo en Madrid, y aunque podemos presumir de disponer de cualquier producto de la tierra y el mar para comer, gracias a la gran labor de MercaMadrid, nunca había visto ni comido una zamburiña.

Hace unos años hicimos mi marido y yo una de tantas escapadas a Galicia, nos gusta mucho esta comunidad, ¿y a quién no? sobre todo al amante de la gastronomía; siempre que podemos hacemos una visita a nuestros colegas gallegos.


Esta vez el destino era Cambados, Pontevedra, un pueblecito costero precioso, cuyas marismas se cubren de agua con la pleamar y su bravo oleaje, y en la bajamar nos deja ver el fondo de su embarcadero.



Entre callejuelas con encanto... 


...placitas plagadas de flores...


 ...lugareños haciendo rutinariamente sus vidas siempre provistos de paraguas...


 ...iglesias escondidas...


...y detalles de piedra por todos los rincones... 



...destaca su amplio repertorio de restaurantes, presentando cada cual, como si de una competición se tratara, su mejor marisco.

Y nos decidimos por esta bandeja, ¡una parrillada de órdago! con bogabante, cigalas, carabineros, navajas... y lo que mas nos llamó la atención: estas zamburiñas tan enormes y rebosantes.


Aquí tenéis el detalle:


La zamburiña es la hermana pequeña de la vieira, y se suele hacer a la parrilla, simplemente aliñada con un majado de ajo, limón, aceite y perejil.


La verdad es que después de éstas, no hemos comido unas, ni parecidas, ni siquiera en Santiago de Compostela, ciudad que nos encandila y nos engancha y cada vez que subimos a Galicia, estemos donde estemos de la comunidad "galega", nos acercamos a tomar una tapita...


...a relajarnos un ratito en la Plaza del Obradoiro y darle un abracito al Santo...


... o simplemente a pasear por sus plazas y calles siempre repletas de gente, es visita obligada.



Mirad, en Santiago las prepararon con una salsa tipo marinera con cebollita, pero no es lo mismo, le quita mucho el sabor a la zamburiña.


Espero que os haya gustado este reportaje dedicado a este molusco bivalvo y esta "vuelteciña por las terras galegas"

¡Ata loguiño!
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