"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Red Velvet Cake (Tarta terciopelo rojo)


El 6 de diciembre se celebra el día de la Constitución, una fecha muy especial porque es el comienzo de una época, pero para mi ese día tiene otra connotación, es el cumpleaños de mi hija Tamara. Mi pequeña nació hace 29 años. A mí parece que fue ayer cuando mi rubita hizo acto de presencia después de un parto rápido, que fue ayer cuando de forma espontánea y vivaracha charloteaba con todos los que se cruzaban en su camino, que fue ayer cuando empezó su primer día de colegio tan contenta porque iba a tener muchas amigas, que fue ayer cuando hizo su Primera Comunión, cuando hizo su primer viaje con el colegio, cuando tuvo su primer noviete.....

Y realmente "casi" fue ayer cuando ha sido mamá por segunda vez. Me siento orgullosa de mis hijos, han sabido crecer. Fui madre muy joven y mientras los educaba tenía mis dudas de como lo estaba haciendo. Y ver como ahora Tamara guía a la pequeña Sofía y al recién nacido Julián Jr. me hace pensar que no lo debí de hacer tan mal.

Cuando vi esta tarta por primera vez pensé enseguida que sería la tarta de su cumple. Guardé la receta, pero mientras pasaban los meses vi esta receta usada en cupcakes, bizcochos y otras tartas. Casi todas utilizaban los mismos ingredientes con pequeñas variaciones. Así también me enteré que esta tarta proviene del sur de Estados Unidos. El color rojizo del bizcocho, originalmente se conseguía con la reacción del cacao y el vinagre, pero se hacia con productos sin conservantes. Así que para darle un toque rojizo al cacao ahora tenemos que poner colorante rojo. La receta original lleva mantequilla o manteca, pero ya os he dicho que viene de Estados Unidos y ellos o utilizan otra cosa. Yo prefiero el aceite de oliva virgen, porque creo que aporta más esponjosidad.



Necesitamos para el bizcocho:

  • 350 gr. de harina
  • 250 gr. de azúcar
  • 240 ml. aceite de oliva virgen
  • 240 ml. buttermilk (Se puede hacer echando una cucharada de vinagre en 240 ml de leche y dejando reposar 10' para que esta se corte)
  • 40 gr. de cacao en polvo
  • 2 huevos
  • 1 tubo de colorante rojo
  • 1 cucharadita de vinagre de vino
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla
  • una pizca de sal
  • 1 cucharadita bicarbonato sódico


Y para el frosting de queso:



400 gr. de crema de queso (usé tipo Philadelphia Ligth)
200 gr. de azúcar glas
350 ml. de nata líquida 35% mat. grasa
¾ cucharadita de extracto puro de vainilla








PREPARACIÓN:

Como siempre lo primero es precalentar el horno a 175º
Tamizamos sobre un bol el harina, el cacao y la sal y reservamos.


Batimos el azúcar con el aceite hasta que esté suave y esponjoso (unos 2-3 minutos). Añadimos los huevos, de uno en uno, y el extracto de vainilla y continuamos batiendo hasta que se mezcle.


Por otro lado mezclamos el buttermilk con el colorante rojo. Y lo ponemos en un bol grande.


Con las varillas a baja velocidad, vamos agregando primero una parte de la mezcla seca (harina, cacao), luego la mezcla húmeda (huevos con azúcar y aceite) y por último otra vez la seca.


Mezclamos el vinagre y el bicarbonato, dejando que haga efervescencia y lo agregamos a la masa repartiéndolo bien .


Vertemos la mezcla en un molde y horneamos durante 35-40 minutos, comprobando siempre pinchando en el centro con una brocheta que esta salga seca.


Cuando esté listo, dejamos enfriar sobre una rejilla.


Para el frosting tenemos que mezclar la crema de queso con el azúcar glas y el aroma de vainilla con la batidora o el robot de cocina ,,,


y por otro lado montamos la nata, que tendremos bien fria, con las varillas eléctricas.


Mezclamos con cuidado la nata con la mezcla de queso y dejamos 1/2 hora en el frigorífico para que coja más consistencia.


Cortamos el bizcocho por la mitad (yo utilizo el cuchillo de cortar pan) y rellenamos con una buena capa del frosting de queso.


Colocamos encima la otra parte del bizcocho y cubrimos todo él con una capa muy gruesa de frosting, cubriendo también los laterales del bizcocho.


Decoramos al gusto y en mi caso otra tarta que tiene que viajar.


Tengo que comprarme algún artilugio para transportarlas, porque las curvas del coche a veces hacen estragos.



En esta ocasión el frosting se ladeó un poco, pero no enturbió el resultado. La tarta estaba deliciosa.


El bizcocho es consistente pero jugoso en el paladar. Una delicia.



¡¡¡FELICIDADES TAMARA!!!

¿Os animáis? Yo seguro que repito.


Bon Appétit Imprime esta receta