"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Roseta de lombarda y cebolla confitada


De la lombarda me gusta todo, desde su sabor a su intenso color morado... entre otras cosas es mi color preferido, me gusta vestir mucho con este color y la gente siempre me hace la misma broma:
-¡parece que estás de Semana Santa! -... jeje, hay que reirse y aguantar, se creeran graciosos, pero bueno...
... a lo que iba, y como ya os conté, la profesional de la familia en prepararla exquisita es mi suegra Antonia, he copiado su receta al pie de la letra pero le he dado mi toque... y he querido darle forma de tarta sin sumarle muchas calorías por lo que he utilizado la masa filo y como adorno la cebolla confitada.


En esta receta la manzana es fundamental por lo que debe ser de gran sabor y calidad y sobre todo dulce, muy dulce, así que, la variedad Golden Delicius de Marlene resultó perfecta, manzanas recién traidas directamente de los mismísimos Alpes, concretamente de Südtirol, donde sus mas de 300 días de buen tiempo al año, mas de 2.000 horas de sol y las diferencias térmicas entre el día y la noche favorecen la formación de sus azúcares para ofrecernos todo su sabor y sus colores.

Ingredientes:
-Masa filo
-1 lombarda
-1 cebolla
-2 ajos
-miel
-vinagre
-piñones
-aceite





Preparación:

Ponemos a cocer la lombarda en la olla espres con un poco de sal.


Mientras confitamos la cebolla:
La cortamos en aros finos y la cocemos en agua hirviendo unos 5 minutos.


Pasado ese tiempo escurrimos y la ponemos en una sartén con la miel y el vinagre.
Cocemos a fuego suave hasta reducir. Reservamos reposando en el propio jugo hasta el momento de usar.


Una vez lista la lombarda la escurrimos.
Y en una sartén rehogamos los ajitos cortados en láminas, cuando estén dorados los apartamos y añadimos la lombarda y las manzanas cortadas en taquitos pequeños.
Cocemos hasta que la manzana esté blandita y mezclada con la lombarda.

Volvemos a escurrir de nuevo hasta deshechar todo el jugo y dejamos templar (debe quedar bien escurrida para que no empape y ablande la crujiente masa filo).


Cortaremos unos gajos de manzana que coceremos simplemente en un dedo de agua hasta que se hablanden a fuego suave para decorar después.


Preparamos la base:
Engrasamos el molde y vamos adaptando las capas de masa filo pintando con aceite de una en una, en total yo he utilizado 4 capas.
Recortamos el sobrante y horneamos tan solo 10 minutos con el horno precalentado a 180º, lo justo para que se dore un poquito.


Una vez fría la desmoldamos y la colocamos en un plato.
Repartimos la lombarda por encima.
Decoramos con la cebolla confitada por alrededor y disponemos los "gajos" de manzana cocida en forma de flor en el centro, repartimos unos piñones y listo.



Dejamos reposar unos 10 minutos para que asiente antes de consumir.
Se toma templada.









...¡¡Que color ehhh!!


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