"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Vivan los 80 - una fiesta sorpresa y un bufet


La mujer que mueve el mundo con sus manos
no descansa, no tiene calendario
y hace girar el día a su compás, 
y hace feliz de tanto como da.

Esta canción de Presuntos implicados fue la elegida para un vídeo que proyectamos en la fiesta sorpresa que le dimos a mi madre.


Y es que la entrada de hoy va dedicada a ella.

El día de San Isidro cumplía 80 años, toda una vida  dando todo por sus cinco hijos, sin una queja. Vitalista, optimista, generosa, activa, pendiente siempre de todos los suyos, siempre sonriente, jamas nos ha pedido nada a ninguno de nosotros, ni tan siquiera compañía para ir al médico. Por el contrario, ella es la primera en preparar ricos platos para todos sus hijos, yernos, nietos y bisnietos, no sólo cuando vamos a su casa, sino cuando nos visita. Nos ha cuidado niños, mascotas y plantas. Nos hace labores burocráticas, cuando por nuestros respectivos trabajos no podemos realizarlas nosotras, en fín lo da todo. Y todos nosotros estamos muy orgullosos de ella.

Lugar preparado para colocar el bufet

Llegó a casa de mi hermana con los dos brazos de gitano que había preparado, pensando que iba a comer una paellita con sus cinco hijos, sus yernos, sus once nietos y las parejas de tres de ellos y sus tres bisnietos, pero allí la esperaban mas de cincuenta personas. Estaban sus 4 hermanas, sus cuñados, sus sobrinos, sus amigas de la sierra, las compañeras de cartas de todos los días, el grupito con el que toma café algunas tardes y aquellas antiguas amigas que con el paso de los años el contacto era menor, pero que siempre están en sus recuerdos. 



La casa entera estaba repleta de fotos de mi madre, sobre todo de su juventud, que aunque guapa lo sigue siendo, de jovencita era un bellezón. Jarrones y búcaros con hortensias cortadas, rosas de pitiminí, orquideas y collares de perlas dejados al azar era la decoración que había por toda la casa. Los manteles de encaje blanco sobre otros color cuerda. Todo ello perfectamente preparado y dispuesto por mi hermana Carmen, a la que desde aquí animo a que se dedique a preparar eventos.


Lágrimas, risas, abrazos y mucha emoción. Mi madre estuvo toda la fiesta como en una nube, disfrutando con la compañía de tantísimas amigas y rodeada de gente que la quiere a rabiar.


Siiiii, claro que también os voy a contar el menú, que para eso es un blog gastronómico ;) y si no lo cuento Nieves me mata, je, je. El menú fue un bufet de lo mas exquisito que nos preparó Jossie, que los asiduos a "La cajita" recordaréis por el solomillo con crema de castañas y la crema de boletus al aroma de trufa de los que ya nos dejó la receta.


Primero empezaron los aperitivos que iban circulando entre la gente. Por allí pasaron los rollitos vietnamitas, los rollitos de morcilla, las croquetitas de chorizo, las bolitas de queso, las alcachofitas en tempura, el plátano macho frito, los chips de zanahoria, las crudités y por supuesto el jamón ibérico con picos jerezanos (no pude fotografiar todo).


En el bufet, además de una fideuá para chuparse los dedos, teníamos vitello tonato, arroz basmati con pasas sultanas y piñones, solomillo Strogonoff, salmón ahumado, macarrones con setas y ensalada "Jossie" (en cuanto Jossie me de la receta la publico).




Antes de la tarta un video muy emotivo con imágenes de ella, la lectura de una carta que le escribió mi padre en la que la expresaba todo su amor, y que queríamos que estuviese presente ese día y videos de todos sus nietos contando anécdotas y recuerdos con ella.

No, este no es el video, pero si unas escenas de un minuto del mismo.



Y como colofón la maravillosa tarta que nos habían preparado (nooooo, yo no me atrevo a preparar una tarta para tantas personas). Una tarta de estilo vintage y multitud de cupcakes del mismo estilo. Mi madre había llevado dos de sus famosos brazos de gitano, pero ni pude fotografiarlos, porque cuando me quise dar cuenta ya no quedaba ni muestra.



Con lagrimas en los ojos no paraba de repetir que era el mejor regalo que había tenido nunca, pero el mejor regalo que hemos tenido nosotros es tenerla como madre.


¡Mamá te queremos!


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