"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Crema fría de lentejas


He comido muy pocas veces las lentejas enteras. La forma que tenía (y tiene) mi madre de preparar lentejas, es básicamente con huesos de jamón y muchas hortalizas y verdura, así que os podéis imaginar la cara que de pequeños se nos ponía a mis hermanos y a mí cuando veíamos los platos. A alguna había que sacarla de debajo de la mesa, je, je, pero como ya he contado en alguna otra ocasión mi madre tiraba de recursos para que comiésemos verdura, y nos preparaba con ellas un riquísimo puré de lentejas con picatostes “niñas os prometo que he apartado tooooooodas las verduras antes de hacer el puré”.

Como las tradiciones mandan, aunque muchas veces hago las lentejas con lacón o panceta (nunca con chorizo porque me recuerdan a las que hacían las monjas), he preparado las lentejas hortelanas con bastante asiduidad, sobre todo cuando mis hijos eran pequeños, y por supuesto las lentejas iban en puré.


Hace unos años, cuando empecé a preparar la cena de Nochevieja en mi casa, y cogiendo todas las tradiciones que te van diciendo por ahí para empezar el año con buena suerte, decidí incorporar al menú de alguna forma las lentejas, pues según mi hermana Carmen que vivió 10 años en Italia, es lo que hacen allí para tener buena suerte. Así que al puré tradicional le añadí más caldo, un poco de leche y los chupitos de crema de lentejas pasaron a ser habituales el día de fin de año.

Leyendo hace poco el libro de Samantha, en una receta de unas estupendas lentejas con chorizo de las de toda la vida, ella nos da la idea de apartar el chorizo y preparar una crema fría para el verano, así que dicho y hecho, aunque en vez de hacer mi receta habitual, decidí hacerla simplemente con los siguientes ingredientes:

600 gr. de lentejas,1 patata grandecita,1 cebolla picada,1 diente de ajo picado, 1 tomate, 250 ml de nata líquida, 2 huesos de jamón, sal, perejil y aceite

Ponemos dos huesos de jamón en ¾  litro de agua para preparar un caldo. Mientras tanto rehogamos la cebolla en una sartén con una cucharada sopera de aceite y cuando empiece a estar transparente, añadimos el tomate natural pelado y triturado.

 
Rehogamos un poco y lo añadimos al caldo de jamón. Incorporamos las lentejas que previamente hemos tenido 3 ó 4 horas en remojo, la patata cortada en trocitos, el diente de ajo y el perejil. Yo las preparo en la olla a presión, así que en 10’ están listas.

Una vez preparadas las lentejas, sacamos las dos puntas de jamón, y pasamos el resto a la batidora. Batimos procurando dejar un puré fino, al que añadimos la nata y vemos si necesitamos rectificar la sal, dependiendo de lo saladas que estuviesen las puntas de jamón, es posible que no necesiten sal añadida. Si queremos la crema un poco más clarita, podemos añadir leche hasta que tenga la consistencia que más nos guste.


Ahora solo nos queda meter en la nevera y consumir cuando esté la crema bien fría espolvoreada de cebollino picado, perejil o aquello que más os guste.


Bon Appétit
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