"Un lugar donde guardar el aroma que sale de los pucheros, una buena receta, la tarjeta de aquel restaurante que nos gustó tanto, la etiqueta de una botella de vino…"

La cajita de Nieves y Elena

Dorada a la sal con salsa de azafrán


Antes de que nadie me diga cuando vea la dorada sin cabeza, que para hacer una dorada a la sal esta tiene que estar entera, os diré que lo se, pero soy incapaz, ni siquiera de tocar, algo que lleve cabeza. Mi madre siempre nos ponía la comida, sobre todo el pescado "muy limpito", y la cantidad de animalitos simpáticos que había en mi infancia (Bugs bony, Porky, Lucas..), no colaboraron precisamente a que yo comiese sin aprensión una pieza "entera". Siii, ya se que han pasado muchos años, que ya soy talludita y todo lo que queráis, pero es algo que no puedo evitar. Hay que reconocer que ahora los niños lo tienen más fácil a la hora de evitar esas "neuras",  porque nunca van a pensar que se comen a Bob Esponja o a Pokemon, y estaréis conmigo que Pepa Pig parece cualquier cosa menos una cerdita, je, je..






Ingredientes:

Dos doradas de ración
2 Kg. de sal para hornear
1 cebolla grande o dos pequeñas
1 lata de leche evaporada
300 ml de sidra natural
Azafrán
perejil
Sal
Aceite de oliva



Preparación:

En una fuente de horno ponemos una capa generosa de sal especial para hornear. Salpicamos con un poco de agua para que haga mejor la costra. A las doradas yo las pongo una caperuza de papel de aluminio para que la sal no penetre en exceso, eso es por no tener cabeza, si están enteras, evidentemente, nos saltamos este paso. Colocamos las doradas encima de la cama de sal y cubrimos con una capa más generosa si cabe que la anterior. Salpicamos agua igualmente, apretamos bien para que quede muy compacto y metemos  30' al horno previamente calentado  a 180º.


Mientras vamos preparando la salsa de azafrán pelamos y picamos una cebolla y la rehogamos con un poco de aceite de oliva a fuego muy lento. cuando empiece a transparentar vertemos la sidra por encima y  el perejil picado, y dejamos que reduzca durante 10'.


Añadimos el azafrán, y trituramos bien junto con la leche evaporada, salamos y volvemos a poner al fuego lento durante otros 10'.


Cuando las doradas estén listas, las sacamos del horno y quitamos la costra de sal.


Sacamos los lomos de las doradas, y los servimos acompañados de la salsa de azafrán.



¡Deliciosas!


¿Y si nos sobra salsa?, pues la usamos como acompañante de un arroz blanco o unos espaguetis.


Bon appétit
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Comentarios

  1. A mí también me daba un poco de yuyu el pescado entero, limpiarlo, etc... pero acabo acostumbrándome...casi. El pescado a la sal es una gozada y lo que te envidio es que seas capaz de sacar los lomos enteros, yo siempre los destrozo!! La salsita,...mmmm!!! me la llevo!Bss

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  2. Doy Fe de tu aprensión a las cabezas, en el cole cuando ponen lomitos de dorada o lubina con su media cabecita tengo que ir yo a cortárla para ponerla en tu plato ;-) ¡¡Pero ya sabes que no me importa ;-)!!
    Y me apunto esa salsita uuummm!!
    Nieves

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  3. se ve deliciosa con esa salsita de acompañamiento. la verdad q me apunto a un plato asi.
    saludos

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  4. me ha encantado esa salsita de afran le aporta al plato la esencia..un beso y biuen finde

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  5. Uno de mis platos favoritos y con esa salsa, un placer.
    Muacs

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  6. Mira que nos gusta las doradas y aún no la he hehco a la sal, la salsa de azafrán la encuentro divina, me apunto tu receta.Besitos.

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  7. es q las cabezas del pescado...agggg..la recetica estupenda

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  8. Desde luego que a la sal es una de las maneras que más jugosito queda el pescado, aunque sea sin cabeza,jeje
    Besitos

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